Abstract
El agotamiento del modelo de desarrollo tradicional de América Latina seguido a lo largo de los últimos 20 años, las presiones impuestas por los bancos extranjeros para renegociar nuestras monumentales deudas externas y las consecuentes crisis sociopolíticas que de esto se ha derivado, provocó desde mediados de la década de los años ochenta que los estados latinoamericanos abandonaran sus estrategias tradicionales de consolidación interna a través de los clásicos esquemas de sustituciones de importaciones seguidos durante varias décadas en la región.