Abstract
Debido a los antagonismos estructurales que genera el principio de desarrollo desigual del modo de producción capitalista, la clase gobernante, a través de sus aparatos de Estado, regula y atenúa dichas contradicciones, con objeto de crear y conservar las condiciones de equilibrio que requiere la existencia, reproducción y transformación del capital. En condiciones de hegemonía dominante, es decir, en los momentos en que la clase dirigente mantiene la cohesión y dirección de la sociedad por vía de la acción cultural los aparatos ideológicos se convierten en las instancias políticas más importantes para conservar la nivelación de la formación social.