Abstract
Pensamos que el colaborar ahora desde la televisión pública, privada y otras instancias culturales a descontaminar la atmósfera, a rescatar las cadenas de reproducción de la vida, a regenerar los ciclos ecológicos, a racionalizar el uso de los recursos no renovables, a buscar alternativas de energía, a respetar la vida animal, etc., en una idea, a desarrollar al hombre en armonía con la naturaleza y el cosmos, no es romanticismo, ni mesianismo, ni voluntarismo político; sino son exigencias elementales para lograr nuestra sobrevivencia humana.