Abstract
Con el fin de realizar comicios equilibrados, diáfanos y pulcros que sean respetados por la población, el sistema de partidos políticos y la estructura gubernamental establecida, además de organizar la infraestructura material básica para la operación concreta de las elecciones; el Estado debe regular el equilibrio de participación comunicativa de todos los diversos actores (instituciones, partidos, candidatos y medios de comunicación) que intervienen en la dinámica de la comunicación política. Esto debido a que a través de esta acción informativa se crea la percepción positiva o negativa sobre los contendientes, que posteriormente se traduce en el ejercicio del voto específico por la preferencia o rechazo de una opción partidista u otra.