Abstract
A partir del surgimiento de la radio en 1920 y de la televisión en 1950 en México, la sociedad mexicana experimentó profundos cambios cualitativos en su esfera cultural, ideológica y energética, que contribuyeron a crear un país mediático totalmente distinto al que existía antes de la presencia de dichas tecnologías de difusión de información masiva. Debido a las nuevas capacidades tecnológico-materiales que durante el siglo XX y principios del siglo XXI conquistaron los medios de información electrónicos -especialmente privados y a las transformaciones urbano políticas que se dieron paralelamente en la República, los medios aumentaron sustantivamente su eficacia de transmisión informativa, de persuasión incisiva y de creación de nuevos fenómenos de saber, o de consensos masivos sobre los auditorios convirtiéndose en el centro del poder ideológico y político contemporáneo de nuestra nación.