Abstract
A lo largo de la historia moderna de México, el Poder Legislativo ha sido uno de los puntales centrales para la construcción de una nación más madura y consolidada. Surgió en nuestro país con una triple función: En primer término, producir un equilibrio que permitiera balancear y enriquecer la acción de los otros poderes que constituyen la República: El Ejecutivo y el Judicial. En segundo término, contar con una instancia especializada en la elaboración de las normas que crean el Estado de Derecho en México. Y en tercer término, aportar un espacio de representación democrática y plural de la mayoría nacional en la toma de decisiones legislativas.