Resumen
La transformación del sistema político mexicano que se dio, después de 70 años, con las elecciones del 2 de julio del 2000 y el inicio de la transición democrática que se derivó de tal proceso, requiere modificar para su fortalecimiento no sólo las arcaicas estructuras económicas, políticas, culturales, financieras, redistributivas, electorales, burocráticas y participativas del Estado y de la sociedad que operaron durante mucho tiempo, sino que además exige la reforma del actual sistema de comunicación nacional cerrado, vertical y autoritario que ha dominado en las últimas décadas. Así pues, el proceso de construcción de la democracia en México no se puede alcanzar sin la profunda democratización de los medios de información colectivos. Democracia social es sinónimo de apertura y pluralidad de los canales de información. Por consiguiente, no puede existir democracia si no existen sistemas de comunicación democráticos.