Abstract
Derivado de la “modernización” del NAFTA con Estados Unidos y Canadá durante 2017 y 2018, la sociedad mexicana experimentará diversas consecuencias relevantes en el terreno de la cultura y las comunicaciones, ya que en los acuerdos trilaterales, el Estado mexicano nuevamente le dio prioridad a la lógica de la ganancia monetaria, por encima de otras dinámicas de planificación cultural estratégica para generar un desarrollo colectivo más equilibrado y no sólo la producción de negocios lucrativos. De aquí la necesidad fundamental de preguntarnos ¿qué puede hacer la sociedad ante esta realidad?