Abstract
El avance del fenómeno de las fake news y de la posverdad que se gestó en México a través de las redes sociales, se convirtió en un fantasma moderno que recorre el mundo de la comunicación contemporánea. Sin embargo, pese al vertiginoso desarrollo de la prostitución cognoscitiva a nivel masivo y de sus muy delicadas consecuencias que ocasionan las noticias falsas, sobre el equilibrio mental, afectivo y conductual de la sociedad mexicana; no han existido intervenciones sustantivas por parte del Estado para regular este suceso.