Resumen
El modelo del "Desarrollo" occidental de los últimos siglos desde la fase de la industrialización en el siglo XVIII a la fecha no sólo ha producido una expansión tecnológica aceleradísima en el campo material de la vida, sino que también ha generado una profunda destrucción de nuestros ecosistemas y entornos humanos de existencia. De esta forma, paralelamente a la expansión del confort de la vida moderna, hoy experimentamos la existencia de una acentuada mentalidad ecocida que se concretiza en la presencia de masivos comportamientos humanos rapaces sobre la naturaleza que no tienen límites, ni proporción para destruir. En este sentido, podemos afirmar que "a rapacidad productiva se ha vuelto la condición del progreso, al grado que el gran desarrollo industrial se basa en la exquisitez que ha alcanzado esta función. En esencia, hoy ya hemos sido capaces de destruir hasta la esencia misma de la materia: El átomo.