Resumen
El nuevo modelo de crecimiento “modernizador” que adoptó el gobierno mexicano desde principios de la década de los años ochenta para salir de la crisis estructural que dejó la secuela de su último ciclo de crecimiento, ocasionó que la sociedad mexicana se adentrara en un nuevo panorama histórico de inevitable globalización de la economía, de integración a modernas zonas hegemónicas y de adaptación sistémica a la “modernidad económica” global. Esa gran transformación estructural que experimentó la sociedad mexicana desde el 1 de enero de 1994 a la fecha, se utilizó oficialmente como el nuevo detonador del crecimiento nacional y cobró forma concreta a través de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlc) entre México, Estados Unidos y Canadá, funcionando como un mecanismo de integración económica, comercial y social entre los tres países.