Abstract
Con motivo de la celebración internacional del XXV aniversario del Informe MacBride, es conveniente reflexionar sobre las aportaciones y repercusiones de dicha propuesta y evaluar qué tanto se cumplió el espíritu de tan trascendente informe político-cultural sobre las directrices de comunicación al interior de las sociedades contemporáneas del siglo XX, especialmente en el caso de México. Para ello, es necesario recuperar el caudal de ideas y alternativas que aportó en los años ochenta aquel importante debate pionero a escala mundial que intentó crear un Nuevo Orden Mundial de la Comunicación.