Abstract
El comportamiento empresarial intolerante del duopolio televisivo durante las elecciones de 2012 al oponerse a transmitir el primer debate de los candidatos presidenciales, corroboró su tendencia mediática de impedir la edificación de la democracia en México, con el fin de evitar que este proceso pudiera crear otro proyecto abierto y plural de comunicación social que ponga en peligro sus intereses monopólicos. Con dicho objetivo boicotearon sistemáticamente la creación de los sistemas comunicativos plurales de gobernabilidad nacional para conservar con ello los enormes privilegios unilaterales e ilimitados que ha conquistado por décadas al aliarse al funcionamiento del viejo prototipo de autoritarismo político en el país.