Abstract
La realidad sociocultural de México está marcada por fuertes contradicciones: algunas fuerzas sociales -expresión de poderosas minorías- pugnan por imponer y/o mantener su situación de privilegio; otras fuerzas intentan sacudir su condición de dominadas a fin de desarrollar proyectos que permitan la participación de sectores populares -que representan la inmensa mayoría- en la planificación y usufructo de los bienes sociales.