Abstract
Ante esta realidad, los concesionarios y el viejo Estado conservador han planteado que dentro de los marcos de la modernidad comunicativa existe el siguiente dilema: O se legisla de forma muy avanzada y precisa en el ámbito de la libertad de comunicación humana; o se deja que ésta simplemente se rija por los códigos de la "ética" y la "moral" establecida de cada empresa informativa, sin poner trabas o límites normativos. Frente a esta situación el sector monopólico de la comunicación y sus representantes tradicionales en el gobierno, optaron por defender la vía de la autorregulación informativa, esgrimiéndose los siguientes argumentos rectores de la modernidad comunicativa neoliberal.