Abstract
En los tiempos de profunda convulsión económica, política y social que vivimos en el México de finales del milenio, no sólo se requiere la aplicación de sólidas acciones económicas y políticas para salir de la profunda crisis estructural en que estamos sumergidos como nación, sino sobre todo se necesita la producción de un clima de confianza y estabilidad que permita que nuestro proyecto de crecimiento se vuelva a encausar por los senderos de la estabilidad democrática. Uno de los aspectos fundamentales para la creación de esa atmósfera de confianza es la realización integral de la reforma del Estado.