Abstract
Los medios de información y las nuevas capacidades tecnológico-materiales se han convertido en el centro del poder contemporáneo de nuestra nación. En este sentido, de haber sido instrumentos de difusión relevantes en 1920 en México, y de convertirse en el cuarto poder político, a partir de 1960, como corresponsales del poder, en la década de 1990 se han transformado en el vértice del poder actual. Es decir, ya no sólo son instituciones importantes o el cuarto poder, sino que ahora representan "el primer poder" que existe en nuestra sociedad. No obstante que los medios de comunicación han alcanzado en nuestra República un peso estratégico para la construcción cotidiana de los procesos de hegemonía y conducción nacional; en términos legales su operación histórica ha quedado enormemente descuidada por el Estado mexicano y la sociedad civil.