Abstract
A principios del tercer milenio, en México los medios de comunicación colectivos no sólo son instituciones de esparcimiento, diversión información o cultura, sino debido a las enormes capacidades tecnológico materiales que han conquistado durante el siglo XX y el siglo XXI ya su forma de organización institucional, se han convertido en enormes fuerzas político-ideológico-económicas que presionan y hasta subordinan al Estado y a la sociedad.