Abstract
El Descubrimiento y la Evangelización de América hace 500 años, al igual que cualquier otro hecho histórico, puede ser revisado desde varios ángulos. Por ejemplo, es posible examinarlo como un mero reconocimiento a un hecho relevante; como el inicio del proceso de expansión y dominio del cristianismo sobre el territorio hoy llamado América. O bien como el nacimiento de una forma cultural resultante de la unión de las culturas indígenas y las de los países occidentales que participaron en la colonización; como la apropiación política y económica del territorio americano por el europeo; como la ruptura violenta de las estructuras que daban cuerpo al mundo prehispánico; como el comienzo de un largo proceso de resistencia indígena, etcétera.