Abstract
Desde principios de este sexenio la opinión pública nacional e internacional puso en serias dudas la legitimidad electoral del régimen en turno, debido a las grandes irregularidades que se habían presentado en los comicios presidenciales de 1988. A partir de este momento el Estado se compromete, de manera muy especial, ante la comunidad internacional, a realizar elecciones limpias y democráticas para demostrar que el proceso de modernización del país no sólo se da en el campo económico, sino también en el político; y con ello, elevar el clima de confianza mundial hacia nuestro país.