Abstract
A partir de 1974 un malestar psíquico cada vez más marcado ha ido aflorando en nuestro ánimo nacional. Este desagrado se ha expresado en el descrédito masivo hacia los gobernantes, el partido oficial y los funcionarios públicos, en la pérdida de confianza en nuestro peso, en el rebajamiento de los hábitos de trabajo, en el aumento de la violencia urbana, en el incremento del strees de la vida cotidiana, en la pérdida cada vez más rápida de las anteriores condiciones de vida relativamente estables, en la ausencia de un proyecto de desarrollo nacional en el cual creer.