Ganadores y perdedores de la reforma constitucional de las telecomunicaciones y la radiodifusión en México

Abstract

En la primera fase de realización de la reforma constitucional de las telecomunicaciones y la radiodifusión realizada en 2013 en el país, se lograron significativos avances en el ámbito de la transformación del modelo electrónico de comunicación nacional gracias a los acuerdos consensuados por el “Pacto por México” entre los principales partidos políticos de la República. Sin embargo, en la segunda fase de consolidación de la reforma a partir de la aprobación de las leyes secundarias de telecomunicaciones en 2014, cuando dicho pacto social se quebró por la crisis interna que experimentaron el PAN y el PRD; al PRI y a sus partidos asociados ya no les interesó conservar en dicha reforma algunos de los principales avances ciudadanos para crear un futuro democrático incluyente para la sociedad mexicana. Lo único que les preocupó fue construir las condiciones para volver a reinstalar el prototipo de la “presidencia imperial” en México durante varias décadas. Con ello, el PRI pretendió reconstruir en el siglo XXI un sistema de gobernabilidad compuesta por el poder del partido dominante, más la suma de fuerza del poderío mental y emocional que produce masivamente la telecracia, conformada por la hegemonía de Televisa y su nuevo “compadre empresarial”, Televisión Azteca, para cogobernar a la sociedad mexicana en el tercer milenio.